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Mascarillas: ¿son imprescindibles para no contagiarse?
Mascarillas: ¿son imprescindibles para no contagiarse?

El material para prevenir contagios, como las mascarillas y soluciones desinfectantes, se ha convertido en un bien tan escaso como preciado. Ante la falta de material disponible, se disparan los precios, y también se improvisan otras soluciones. ¿Cómo deben ser las mascarillas para resultar eficaces? ¿Sirven de algo las mascarillas caseras? Desde OCU actualizamos las informaciones y queremos aclarar algunas dudas sobre la utilidad de estos productos.

Uno de los problemas a los que nos enfrentamos en esta crisis sanitaria sin precedentes es a la escasez de materiales como mascarillas o soluciones desinfectantes. En muchos lugares el desabastecimiento es un hecho. Ante esto, los usuarios reciben mensajes contradictorios, informaciones cuya veracidad no está clara... y surgen muchas dudas: ¿Es necesario usar mascarilla? ¿Qué tipo de mascarilla evitará que me contagie? ¿Cómo puedo conseguir mascarillas? ¿Qué alternativas hay? ¿Sirven las soluciones caseras?  Desde OCU actualizamos informaciones y aclaramos algunas dudas sobre la utilidad de estos productos.

Uso de mascarillas: una recomendación cambiante y a debate

Hasta la fecha, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha incluido el uso generalizado de mascarillas entre las recomendaciones sanitarias para protección individual entre la población. Las medidas preventivas que sí se recomiendan (y que son válidas para el coronavirus causante del COVID-19 pero también para otras infecciones respiratorias producidas por virus, como el resfriado o la gripe) son:

  • El lavado de manos frecuente (especialmente después de un contacto directo con personas afectadas por una afección respiratoria o su entorno).
  • Evitar el contacto estrecho con personas que muestren signos de afección respiratoria, como tos o estornudos.
  • Mantener una distancia de un metro aproximadamente con las personas con síntomas de infección respiratoria aguda.
  • Cubrirse la boca y la nariz con pañuelos desechables o con una tela al toser o estornudar y lavarse las manos.

A lo largo de las últimas semanas se ha abierto un intenso debate científico sobre la conveniencia de recomendar un uso extensivo de las mascarillas, no ya para protegerse uno mismo, sino para evitar la transmisión a otros por parte de personas que estén infectadas pero que aún no han desarrollado los síntomas de la infección, o que tienen síntomas tan leves que ni siquiera se plantean la posibilidad de estar infectados.

La razón de este debate es la cada vez mayor evidencia de que, a diferencia de lo que sucede con otras infecciones víricas, el COVID-19 sí parece transmitirse a otros también durante la fase asintomática. Por eso que las autoridades sanitarias de diferentes países (también ahora España) están incluyendo o se disponen a incluir, con matices, la recomendación de uso de mascarillas de forma más extensiva a lo que han venido recomendando hasta ahora.

¿Cuándo es necesario usar una mascarilla?

Quien sospeche que puede estar infectado debería cubrirse con una mascarilla, para evitar la diseminación aérea del virus y el contagio a otras personas.

El uso de mascarilla no exime de la necesidad de mantener el resto de medidas, muy especialmente las recomendaciones de distancia con otras personas.

Si no se tiene acceso a mascarillas homologadas, el uso de una mascarilla de fabricación casera (incluso cubrirse boca y nariz con un simple pañuelo) es preferible a no hacer nada.

Si estoy sano, ¿usar mascarilla evitará contagiarme?

Si una persona sana quiere prevenir el contagio debe extremar las precauciones y seguir las medidas preventivas aconsejadas para la población general (lavado de manos, cubrirse con pañuelo en caso de tos o estornudos, mantenerse a distancia de personas con síntomas)… el recurso a una mascarilla para prevenir contagios no está de momento incluido en los protocolos y a día de hoy ninguna mascarilla puede garantizarlo al 100%.

Puedes estar infectarlo y no saberlo (ni notarlo)

Es posible que uno piense que está sano y sin embargo esté infectado, bien porque aún no ha desarrollado los síntomas o porque estos son tan leves que no inducen a sospecha: en este caso el uso de mascarillas por parte de la población sí puede tener sentido, muy especialmente cuando otras medidas de distanciamiento social sean difíciles de mantener (al hacer la compra, en el metro, en el médico...). La finalidad de esta medida no es evitar contagiarse uno mismo, sino reducir el riesgo de que personas infectadas contagien a otros.

En España, por el momento, no existe recomendación oficial en ese sentido, si bien las últimas informaciones disponibles apuntan a que esta medida puede implementarse en próximos días, especialmente si las medidas de confinamiento vinculadas al actual estado de alarma comienzan a relajarse. 

¿Qué mascarillas son útiles para quien está con un afectado?

Sí hace falta recurrir a la mascarilla si hay que entrar en contacto estrecho con una persona infectada o sospechosa de estarlo, como sucede con el personal sanitario, por ejemplo. Pero en ese supuesto hay que tener en cuenta, una vez más, que para evitar ser contagiado no vale protegerse con cualquier mascarilla. ¿Qué tipos de mascarillas hay?

Las mascarillas simples de protección contra el polvo no sirven para protegerse en ese caso.

Tampoco se aconsejan las mascarillas quirúrgicas, que actúan como barrera contra las secreciones biológicas gruesas (el esputo o la saliva, por ejemplo) pero no son tan eficaces contra la diseminación de aerosoles finos: los virus de la gripe o los virus causantes del resfriado común pueden transmitirse a través de minúsculas gotitas que todos exhalamos al hablar, toser o estornudar y que pueden alcanzar hasta un metro de distancia. Y todo apunta a que el coronavirus que el COVID-19 se puede transmitir también de esta forma, y no solo a través del contacto directo con secreciones.

Deben usarse las mascarillas equipadas con filtro, de cómo mínimo, un grado de filtración FFP2 (por ejemplo, las que se recomiendan para ser usadas por familiares, personal de limpieza de la habitación, etc.) o incluso FFP3 (para las personas que vayan a estar en contacto estrecho con la respiración del paciente, sanitarios que vayan a examinarlo o proceder a una intervención sobre él, por ejemplo).

Pero ni aun así bastaría para eliminar totalmente el riesgo de contagio: el uso de mascarillas debe acompañarse del uso de guantes y bata impermeables, y de protección ocular antisalpicaduras (las mascarillas no impiden el contacto de las gotitas en suspensión exhaladas por el paciente con los ojos).

Esta medida está justificada en un entorno sanitario mientras el virus es transmisible (hasta un máximo de 14 días después del contagio), pero no en población general sana.

Mascarillas, ¿a qué precio?

Ahora el principal problema es que no hay disponibilidad de material, no se encuentran mascarillas... y si las hay, ¿a qué precio?

Desde OCU pedimos la colaboración ciudadana para controlar los precios: si encuentras mascarillas, tanto en comercios on line como físicos, a precios mucho más caros que antes o directamente exagerados, cuéntanoslo a través del buzón específico que hemos habilitado para ello: controlprecios@ocu.org, indicando marca, establecimiento (nombre y dirección) y precio por unidad. Trasladaremos al Ministerio de Consumo y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia este tipo de comportamientos para que se depuren las responsabilidades a que hubiera lugar.

Mascarillas caseras: ¿cómo puedo fabricar mi propia mascarilla?

¿Qué sucede si quiero usar mascarilla? ¿Qué pasa si las recomendaciones oficiales incluyen su uso en mi caso, pero no tengo una mascarilla homologada? ¿Qué soluciones hay?

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos ( CDC) han elaborado un tutorial para que uno mismo pueda fabricar su propia mascarilla o cubierta para la cara. Incluye tres posibilidades con distinto grado de complejidad, de forma que todo el mundo pueda hacerlo con recursos y materiales de los que disponemos en nuestra propia casa. Hay opciones incluso sin saber coser:

No hay estudios disponibles que garanticen hasta qué punto estas mascarillas caseras son útiles, razón de más para seguir extremando el resto de medidas de prevención de la misma forma que si no se usan. 

Si usas mascarilla, úsala bien

Si necesitas usar mascarilla o prefieres utilizarla, es importante que lo hagas bien, para que esa protección sea más efectiva.

  • Antes de tocar la mascarilla, lávate las manos con agua o jabón o, en su defecto, una solución hidroalcohólica.
  • Asegúrate de que no tiene rasgaduras o agujeros.
  • Colócala bien: orienta hacia arriba la parte superior (donde se encuentra la tirilla de metal o el borde más rígido, en el caso de las mascarillas homologadas), y hacia afuera el lado coloreado.
  • Pon la mascarilla sobre la cara. Pellizca la tira o el borde rígido para que se amolde a la forma de la nariz y tira hacia abajo de la parte inferior de la mascarilla para que cubra boca y barbilla.
  • Después de usarla, quitate la mascarilla, manteniendola alejada de la cara y la ropa, para no tocar las superficies potencialmente contaminadas.
  • Deséchala, idealmente en un contenedor cerrado, inmediatamente después de su uso.
  • Lávate otra vez las manos.

Tres afirmaciones contra contagios que son falsas

Desde OCU pensamos que es importante desmontar algunos mitos que pueden llegar a causar más problemas a la población.

  • Usando una mascarilla evitaré el contagio. Como hemos visto, centrándonos en la población general, los ciudadanos de a pie, usar mascarilla puede ser útil para no contagiar a otros sí, pero no para no contagiarse en una situación de vida habitual.
  • Con una mascarilla de grado de filtración elevado estaré completamente protegido. La protección completa, necesaria solo en ambientes sanitarios para quien esté en contacto con un enfermo, no basta. Es preciso proteger todas las mucosas, también los ojos.
  • Es necesario usar solución desinfectante para prevenir el contagio. Basta con recurrir al agua y al jabón. Solo en las situaciones en que no sea posible lavarse bien las manos habría que recurrir a estos desinfectantes como sustitutivo, pero OCU recomienda utilizar solo aquellas con una concentración mínima de alcohol del 60%.

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